Lo que nos jugamos en Copenhague es mucho

Cuando los dirigentes mundiales lleguen al aeropuerto de Copenhague se van a encontrar con carteles parecidos al de la foto en los que, ya envejecidos, piden perdón por no haber hecho lo suficiente para detener el catastrófico cambio climático. También os dejo los objetivos que plantea Greenpeace para esta cumbre. En ellos se combina equilibradamente el esfuerzo de los países desarrollados por reducir sus emisiones con la necesaria ayuda a los países en desarrollo para que no las aumenten desproporcionadamente. Leonardo Boff por su parte ha escrito esta columna semanal animándonos a proteger a la Madre Tierra (cómo me gusta esta expresión que con tanto cariño utiliza Boff) presionando a los gobiernos para que asuman compromisos importantes en Copenhague. Nos recuerda que hemos recibido de nuestros antepasados este precioso planeta y que lo tenemos en préstamo de las generaciones futuras.

Pues eso. Presionemos, recemos, soñemos, ... pero no podemos dejar esta última oportunidad como si no fuera con nosotros/as. Más que nunca, sintámonos parte de la especie humana y usuarios temporales de la Tierra y garanticemos el futuro de ambas.

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