El debate está servido


A través de El País he accedido a la página de Desertec, un proyecto que pretende construir una gran red de transporte de energía eléctrica basada en un montón de instalaciones en Europa y el norte de África, aprovechando especialmente la energía solar de los desiertos.

El macroproyecto tiene ya defensores y detractores, como refleja el artículo del periódico. Mis ideas al respecto os las cuento a continuación para que las completéis, las discutáis o las desintegréis.

Ventajas que le veo a Desertec:
  • Propicia un marco de amplia colaboración entre países europeos y norteafricanos generando entre ellos una interdependencia muy saludable. Para lograr una mayor confianza e integración entre los pueblos de ambos lados del Mediterráneo vale más un proyecto de este tipo que cien conferencias sobre la Alianza de Civilizaciones.

  • Desde el punto de vista del transporte de la energía (un aspecto que aparece como residual en los comentarios pero que me parece de la máxima importancia), consolidar una red completa (quizás más completa de lo que plantea el proyecto) permitiría realizar una planificación mucho más eficiente de las instalaciones de generación. En la actualidad, la falta de suficientes conexiones entre los países, aparte de los nacionalismos con ansias de autosuficiencia, obligan a una construcción excedentaria en capacidad de instalaciones de producción. Cuanto más tupida sea la red mejor podremos aprovechar una producción diversificada y distribuida.

  • Al apostar de forma decidida y en grandes dimensiones por las energías renovables, el proyecto permitirá impulsar la investigación en las mismas y conseguir mayores niveles de eficiencia.

  • La instalación de parques de paneles solares o de molinos en países en vías de desarrollo servirá para crear en los mismos gran cantidad de puestos de trabajo, tanto en la construcción como en la operación de dichos parques y en los servicios de apoyo. Esto eliminará presión para emigrar a las poblaciones de esos países.

Posibles riesgos de Desertec:

  • Frente a un modelo de generación muy distribuída de electricidad aparentemente más sostenible, el proyecto parece apostar por grandes instalaciones en zonas desérticas y de costa precisamente en zonas escasamente pobladas, lo que obliga a transportar la electricidad a lo largo de grandes distancias hasta los lugares de consumo.

  • Aunque aparecen en el proyecto referencias a países árabes da la impresión de que el mismo está basado en instituciones (privadas) europeas, principalmente alemanas. Es evidente, por tanto, el riesgo de nuevo colonialismo al que se refieren algunos comentaristas del proyecto.

  • Tengo la impresión de que, en este caso con tintes ecologistas, seguimos apostando por un modelo de sociedad con consumo intensivo de energía y por ello necesitamos encontrar nuevos medios de suministro masivo para colmar nuestras insaciables ansias, que van devorando poco a poco el planeta. En este caso, afectando a zonas ubicadas en países en vías de desarrollo.

Puestos en la balanza ventajas e inconvenientes me decanto por considerar positivo el proyecto y apostaría porque incorporar algunos controles para los riesgos expuestos, tales como:

  • La incorporación en el liderazgo del proyecto de instituciones públicas de los países implicados.

  • Una planificación exigente en lo que a salvaguarda de los valores naturales de las zonas elegidas se refiere. Por ejemplo, me parece peligroso dejar en manos de la iniciativa privada la instalación de parques eólicos en la costa de Marruecos, cuando posiblemente esa costa pueda constituirse en el futuro en un importante recurso turístico o de otro tipo.

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